Carta a mi buen amigo.
Quieres olvidar su sonrisa, las
ondas de su pelo, las curvas de su espalda… pero y así, ¿Ya la olvidaste?
Siento ser yo quien te diga esto, pero no, sigue ahí… contigo, su recuerdo se
hace tenue pero no lo suficiente para decir que la olvidaste.
Una tarde en ella te entregaste,
de esas primeras tardes en que recorrías todas sus partes, fue amor, lujuria,
seducción, pasión y un frío en la mirada, más cortante que todos tus besos. La
besaste con tanta fuerza como si de esos besos colgara toda tu existencia; ella
leía todos tus besos y sentía tu mirada, solo te miraba y te besaba, te decía
cuanto te quería, se perdía entre tu pecho, se aferraba de tu espalda, se fundía
en mil suspiros. Y tú sin saber que le mentías, te creías sus gemidos. ¿Ya la
olvidaste? No, estoy seguro que no, aún sigues recordando ese momento, y si no
la olvidaste, ¿quién dice que en verdad la recordaste?, ¿quien dice que algún
día la hiciste tuya?, ¿Quién dice que nunca le mentiste?, ¿quién dice que no
siempre te mentiste?
Aún recuerdas ese calor que no le
daban tus brazos, el aroma que no tenían tus besos, la idea de tus labios. Los
días pasan y te sientes diferente, tal vez feliz, tal vez enfermo, tal vez
cerca de ti, tal vez lejos de ella. Los meses van pasando, los amaneceres son
más fríos mientras tú te vas perdiendo entre negros y grisáceos. Cada persona
tiene diferentes motivos, razones y sentidos y los tuyos, aunque inconscientemente
lo supiste, siempre fueron solo uno, fuiste tú. Tu sonrisa, tu alegría, tu
forma de vivir, la verdadera persona que ahora es dueña de tu ser. Habrá recuerdos
imposibles de olvidar, enseñanzas difíciles de borrar, momentos, minutos y
segundos felices, ahora pasados. No tienes idea de lo que pasará, pero si de lo
que pasó. ¿Y si ya la olvidaste? Quien te dice que debas hacerlo, quien te dice
que no es mejor de la forma que paso, quien te dice que no fue la que hizo
entenderte y reconocerte, hacerte el hombre que eres ahora, y si es así ¿para
qué olvidarla, porqué no amarla? Tal vez no es la razón por la que ella hubiese
querido y desearía que la olvidaras, pero…
No la olvidaste
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