Te escribo estas palabras, a ver si se sobreponen a todo
lo que sea que ande pasando y finalmente pueda encontrar la manera de
comunicarme contigo y de qué me digas algo, cualquier cosa, lo que sea.
Estoy seguro que no es mucho pedir, pues desde que te
conozco sé que eres tan buena con las palabras como para vivir la vida de la
forma que mejor crees correcta. Mucho mejor que yo que solo me puedo expresar bien
cuando ando escribiendo y en eso de vivir solo ando haciendo lo que quiero y no
lo que creo correcto.
Contrario a lo que posiblemente andabas pensado no estoy
molesto contigo, ni bravo, ni nada de eso. Simplemente no puedo enfadarme
contigo aunque a decir verdad tengo razones. A diferencia de los amigos/as que
te has encontrado en la vida, yo no estoy a la espera de que las cosas te
salgan mal, de que salgas mal en la universidad, o cruzando los dedos para que
todo salga mal en tu vida.
No
esperes que me moleste contigo, porque desde hace mucho tiempo entendí que uno
decide siempre y en todo momento como sentirse y todas y cada uno de las cargas
negativas que uno tiene sobre alguien tarde o temprano se van a venir sobre uno
mismo. Además por más que quisiera no encuentro ninguna razón para molestarme
contigo aunque desde hace tiempo no entiendo que es lo que anda pasando.
Tengo
que confesarte que he vivido intranquilo desde hace mucho tiempo, por más de
que le doy y le doy vueltas en mi cabeza no logro entender que es lo que pasa.
No puedo evitar sentirme culpable por algo que ni siquiera sé que es, o si algo
en verdad paso, y si de verdad simplemente tengo la culpa. Me he acostado tantas veces en las noches pensando en lo
mismo una y otra vez, me encuentro intentando descifrar el momento en el que
dejaste de ser la primera persona en el mundo que yo sentía en todo momento a
mi lado a ser la única persona en el mundo que quiero y que está más lejos de
mí de lo que creo.
Pase
de saber que estabas conmigo siempre, como cuando más acechaba soledad o
cuando se me venía encima esa incertidumbre de ese futuro que cada vez está más
cerca tan solo para decirme “Tranquilo mi Dani, todo va a estar bien” y con
solo esas palabras y un abrazo darme más seguridad y tranquilidad que ninguna
otra cosa en el mundo.
Aprendí
tanto de ti que ya después casi ni me daba cuenta cuando resolvía mis problemas
y salía a flote de todos mis miedos, depresiones e inseguridades solo de la
forma en la que tú me hubieses aconsejado y poco a poco solo me bastaba con
saber que estaba ahí por si te necesitaba aunque ya iba sintiendo que cada vez
menos lo estabas.
No
encuentro la razón de tu cambio ni de tu lejanía, eres de las personas más
fuertes que conozco y sea lo que sea que este o haya pasado estoy seguro que
fuiste más fuerte que eso. Han pasado muchos meses desde que te vi por última
vez que ya casi ni te reconozco en las fotos que aparecen de ti en alguna de
las redes sociales y estoy seguro que notarías los cambios que muchas personas
me han dicho que he tenido.
Últimamente
me he decido a pensar que supiste en qué momento exacto iba a poder continuar sin
ti y más después de que te presenté a la razón de mis alegrías, de mis
carcajadas y de que mis latidos estén fuertes y sincronizados. Nunca olvidaré
lo que me dijiste esa noche, viste en sus ojos lo mismo que yo vi y veo todos
los días. Fuiste la única opinión que consideré importante porque yo ya estaba
convencido.
Si
algún día decides regresar y formar esa parte tan importante de mi vida, te
aprovecharé a cada momento como siempre lo hice, aprenderé de ti y de tu
familia cada día. Estoy seguro que no desperdiciaré ninguna oportunidad que
tenga de pasar a visitarte a tu casa, hablar sin pena con tu mamá y escuchar
atento todo lo que tiene para hacerme reír, apretarle muy fuerte la mano a tu
papá y sentirme muy orgulloso de que confíe en mi cuando más molesto anda
contigo.
Tampoco
dudaré en darle muchos consejos a tu hermana, estoy seguro de que los está
necesitando por haber escogido vivir la vida de la forma difícil, de la misma
forma que escogí yo. A tu hermano darle todos mis más fuertes y sinceros
abrazos y apenas él me agarre la mano y no me suelte como solía hacerlo, apretársela
yo también con todo el cariño que de ti aprendí a tenerle. Y no olvidar
sorprenderme de que Maria M. sea mucho más madura que nosotros y jamás se
ría de unos de nuestros chistes.
No
sé porqué comencé a escribir esta carta, el día de hoy no ha sido el mejor y
escribirla me saco unas lágrimas que hace tiempo no salían. Te he dicho tantas
veces que te quiero, que si lo vuelvo a decir quizá pierde el sentido y
comienzas a dudarlo.
Si
decides volver y estár conmigo un rato o quedarte para siempre, no lo
hagas por esta carta sino porque tú lo quieres. Si te vas, no huyas como lo hiciste,
no te vayas sin despedirte, déjame abrazarte la última vez, y sal de mi vida
con la misma fuerza con la que entraste ese primer día en que los dos andábamos
perdidos en la universidad.
No
quiero que me respondas esta carta, ni siquiera lo intentes, por favor no lo
hagas, corro el riesgo de quedarme esperando que eso suceda y que nunca llegue
un mensaje de tu parte en mi bandeja de entrada como tantas veces ha sucedido.
Por eso prefiero pedirte que no la respondas y conformarme con que la hayas
leído .
Con
todo mi corazón.