domingo, 15 de septiembre de 2013

"Eji"

Puse cara de idiota, intentando cuadrar mi sonrisa cuando me abrió la puerta. Había esperado por ese día tal vez y un poco más de seis meses, sin embargo, no me puse mi mejor camisa,  no exageré con el perfume como siempre hago, y quizá ni siquiera me lavé los dientes antes, tan solo de andar pensando en ir a verle.

Abrió la puerta y yo no podía creerlo, no pude entender ese bucle que se le hace a lado y lado de su sonrisa, mucho menos esa forma que tienen sus cejas como si siempre andará feliz o simplemente se alegraba de verme y mucho menos pude creer ese beso que me lanzó tan pronto entré a su apartamento y que yo rechacé por respeto o por puro pendejo.

Había pasado varios días pensando en cómo dar mi mejor primera impresión, solo para darme cuenta en ese momento que sin importar lo que yo hiciera, sus primeras impresiones siempre iban a ser mejores que las mías. La luz roja le iluminaba el rostro, se le veían más bonitos los ojos y mucho más carnosos esos labios. ¿Roja, una luz roja? ¿A quién se le ocurre? Quizá es lo mismo que se pregunta la gente cuando me conoce y ve mis relojes de niño de 7 años. Pero, ¿Roja? Y también, ¿a quién se le ocurre rechazarle un beso? Solo a mí, supongo.

Charlar de algo importante o de cualquier otra cosa me hubiese parecido igual de interesante, siempre y cuando viniera acompañado de uno de los ademanes de sus manos. Cualquier otro restaurante hubiese sido igual de romántico y nada tan interesante como que nos coincidieran los fondos de pantalla de los celulares, el reloj y tal vez los miedos y las inseguridades. Para mi nada salió mal, por más que hubiese olvidado llevar dinero para pagar la cuenta de la cena y porque hubiese tenido que irme pasadas las 11 a leer un tratado de psiquiatría.

Me recorrió un frío intenso desde los pies hasta el cuello y se me cerró un poco una puerta en el pecho cuando me dijo que no buscaba novio, fue ahí cuando me arrepentí de no haberle respondido el beso con otro beso y una manoseada en las nalgas, de no haberle llegado a tiempo, 6 meses atrás por ejemplo, y también me arrepentí de siempre andar buscando una historia de amor con cualquiera que se refleje conmigo en un espejo... Pero me tranquilizo un poco cuando al final me tomo de la mano y me dijo que sería bonito conmigo intentar algo en serio.

Aquí me quedo y por ti regreso.