miércoles, 4 de mayo de 2011

Cayendo




La reanimación no basta ya, mi inspiración esta en el suelo, permanece inmóvil y solitaria. Ignorando mis llamados. Se pierde en el frio de la calle y se ahoga en los ríos que brotan de mis ojos.

Le recuerdo constantemente, ansiosa por cambiar la historia en una sola palabra y subir a la terraza a contemplar la inmensidad de la oscura noche. Y ahora en su lecho entiendo la agonía de sus ojos. Intento sin fruto alguno reanimarla, ayudarla, convencerla de que estamos bien y de que puede seguir o quedarse en el lugar que le he reservado en mis brazos.

Con muy poca fuerza cae, cierra sus ojos. Se desvanece a causa del sufrimiento yo le sostengo entre mis brazos.
Solo me queda forzarme a acostumbrarme, aprender a estar así. 

3 comentarios:

Diego Arcos dijo...

Amigo.... que piensas? escribir una novela literaria?? cuanto demoras en estado de inspiracion?

Eduardo Roldán dijo...

La inspiración como el ave fénix.

Angell Mile dijo...

Muy Lindo ... o mas bien ... Sabe llegar al punto que es U_U